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The Highway Star

Noche Negra en Argentina

Casi inesperada, la segunda llegada de la banda al sur del mundo en apenas cinco meses, nos lleno de alegria.

El lugar del concierto, el mítico Luna Park, donde se presentaron la penúltima vez con la Orquesta Filarmónica, esta vez se vistió de puro rock and roll, y las huestes púrpuras acudieron masivamente, nadie quiso faltar.

La fecha elegida, tal vez no fue la ideal, en Argentina se recordaba que hace 30 años ocurrió el ultimo y mas sangriento golpe de estado en manos de los militares, posiblemente, anoche faltaron 30.000 fans de Deep Purple, que aun siguen desaparecidos.

Pero, al margen de la historia, el presente es otro, y a la revisión nos dedicaremos.
Llegue al estadio casi media hora antes, mi ubicación no podía ser mejor, detrás del sonidista de la banda, así que pude apreciar como se maneja todo desde el “bunker” purpura. Maravillado, comprendí porque aun hoy siguen sonando tan perfectamente.

Mis 42 años no me permitían ya participar del concierto en medio del “pogo” que se genera frente al escenario. Este guerrero de mil shows de rock and roll, esta vez decidió que merecía ver a sus ídolos, como se disfruta de un buen vino aquí en la Argentina, cómodamente y en buena compañia.

El estadio estaba totalmente colmado, emocionado pude apreciar las tres generaciones de fans unidas detrás de la banda. El ambiente que reinaba era especial, muy respetuoso, muy disciplinado, pero súper ardiente y ansioso.

La Banda entro puntual, lucían distendidos y divertidos, y creo haberles visto en los monitores del control, un gesto de alegría cuando vieron el recibimiento del publico. No tengo dudas que los espectadores porteños son una raza única e irremplazable, hacen sentir a sus ídolos el amor y la ferviente pasión que sienten. El estadio vibro de un modo indescriptible. La marea humana se lanzo hacia el escenario, y no dejo de saltar y gritar cada uno de los temas, los cuales saben de memoria y hasta cantan todos y cada uno de los punteos de Morse.

El set fue idéntico al que presentaron en Polonia, arrancaron con un furioso Pictures of home, donde la magnifica pieza de relojería suiza que forman Glover y Paice, avasallaron con su tic-tac demoledoramente perfecto. Gillan, súper sonriente y mucho mas delgado, miraba extasiado tamaña demostración de afecto, y no dejo de interactuar con el publico hasta el ultimo momento.

La sobriedad de Steve Morse, se vio varias veces alterada con furibundos excesos, y dejo maravillados a todos en su set solista cuando hizo un homenaje a Led Zeppelin, tocando varios de sus himnos.

Mención aparte para Don Airey, quien desparramo toda su sabiduría en los teclados e hizo delirar a todos los presentes con un sorprendente fragmento de Astor Piazzolla, que lleno de emoción y admiración, a mi particularmente pues soy admirador del genial bandoneonista.

Los temas elegidos en esta gira, además de la presentación de Rapture of the deep, son los que todos los viejos fans querían oír, el brillo que le sacaron a la vieja “Mary Long” es de destacar, pero no dejan de sorprender con la precisión que sonaron “Perfect Strangers” y “Space Truckin”.

El “Lazy” me pareció de lo mejor de la noche, Ian creo que saco desde su alma parte de su mítica voz que lo caracteriza, y el ensamble Glover-Morse, aceitadísimo y funcional. Mi tema del corazón “Highway star” llego casi al final del show, y tengo que sincerarme, después de 23 años de aquella triste noche de la ida de Blackmore en Helsinki, anoche sentí que el solo de Steve Morse sonó tan bueno como el del mago de negro, y me pare para aplaudirlo.

El final para el siempre revitalizado primer hit de su historia “Hush” y el cierre para el vigoroso e inolvidable “Black Night” para el delirio generalizado, el estadio para ese entonces no se movia… latía, era un corazón a punto de un ataque mortal.

De rodillas, la reverencia de Ian Gillan para su monstruo de las mil cabezas, despedía al show. La cuarta visita del gigante púrpura dejo satisfechos a todos, y lo que mas lo evidencio, fue que las dos horas pasaron fugazmente y nos quedamos con deseos de escuchar mas.

Mientras caminaba por la Avenida Corrientes, tan porteña, tan argentina… pensaba que en estos últimos dos meses nos visitaron legendarias bandas como los Rolling Stones, U2, Carlos Santana y los “nuevitos” de Oasis, cada uno con sus respectivos públicos, pero Deep Purple tiene algo que los diferencia, son rockeros mas a nuestra manera, sin la parafernalia consumista Stone, ni con la politizada de los irlandeses, Purple es un tango, pensaba, mientras silbaba el pegadizo coro de Noche Negra.

Marcelo Caradonna



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